Cd. Juarez, Chih.- El semanario Desde la Fe, se emitió un posicionamiento en el sentido de que esta semana se cumplirán 100 días de que fueron asesinados los dos sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, así como del guía de turistas Pedro Palma en la comunidad de Cerocahui.

En el texto, la iglesia católica reconoció que «la losa de la impunidad y la condena al olvido» amenazan este acto criminal, pero que no se podía olvidar la muerte de los cuatro involucrados en esta trageda.

Mediante la publicación se invitó a todo el pueblo de México a dialogar con las familias, vecinos  y amigos para fomentar la oración por la justicia, así como la construcción de la paz.

A continuación se comparte el editorial tal cual se publicó en el semanario en su edición dominical:

El 28 de septiembre se cumplen 100 días del asesinato de Pedro Palma y de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora. Se siente amenazante sobre nosotros la losa de la impunidad y la condena al olvido; pero la muerte de los justos nunca puede ser sellada por esa losa, porque su muerte siempre se transforma en reclamo de justicia y fermento de paz, porque sus vidas no se pueden olvidar, se vuelven todos sus actos y palabras un memorial.

El asesinato en Cerocahui (Chihuahua) se sumó a otros tantos miles de muertes violentas en México, pero este hecho en particular llamó la atención y la indignación de la sociedad mexicana de manera sobresaliente. Un hombre trabajador, padre y esposo, intentó escapar de su victimario en la Iglesia; un par de sacerdotes jesuitas, amados misioneros de aquella región, intentaron a su vez protegerlo y auxiliarlo sacramentalmente, y en ello encontraron la muerte violenta. Sus cuerpos cayeron entre el altar y el Sagrario, el padre Joaquín empuñaba los santos oleos.

Sus cuerpos fueron sustraídos para correr la suerte de tantos y tantas: desaparecer. A los pocos días, gracias a Dios, se recuperaron los cuerpos de Pedro, Joaquín y Javier, cosa que no sucede desafortunadamente para miles de familias. El pueblo de Cerocahui pudo sepultar a sus padres asesinados, pero la muerte de éstos ha sido fermento de paz, de indignación, y reclamo de justicia del pueblo de México ante las muertes violentas y la impunidad, que para este caso particular se cumplen 100 días, pero se suma a muchos más días de injusticia e impunidad.

No llegamos a los 100 días sólo con saldos negativos por la falta de verdad y de acceso a la justicia, llegamos con una fuerza renovada y el deseo fortalecido para construir la paz.