Sáb. Jul 6th, 2024

Cd. Juarez, Chih.- El desorden financiero del corralato pudo verse en los contratos millonarios, sin licitación de por medio, con un proveedor de tarjetas para combustible, las suministradas por Edenred México, que no era otra cosa más que un intermediario con vendedores directos de gasolinas.

Es de suponerse que el exsecretario de Hacienda, Arturo Fuentes Vélez, fue beneficiario de esos contratos con la tarjetera Edenred, cuyas irregularidades ya constan en revisiones pasadas de la Auditoría Superior del Estado, sin que hasta la fecha se hayan conocido consecuencias administrativas o penales de las mismas.

Dentro de ese desorden, sin castigo hasta la fecha, hubo otras decenas de irregularidades permitidas o fomentadas desde la dependencia que debía mantener el control del gasto.

Por ejemplo, en la Fiscalía General del Estado, han salido a relucir gastos millonarios en más de 300 casos correspondientes al 2021, año final de la desastrosa administración de Javier Corral, quien por algo mantuvo a Fuentes Vélez como su tesorero durante los cinco años de gestión.

En la instancia investigadora, al menos una docena de señalamientos tienen que ver con mandos de la Policía Ministerial y de Agencia Estatal de Investigación (AEI), quienes tenían a su cargo uno o varios vehículos-patrulla, utilizados tanto para el trabajo como para uso personal de los mismos.

Dichos vehículos reportaron cargas de tanque lleno entre dos y hasta 10 veces en un mismo día, lo que resulta imposible porque no pueden gastarse los 80 o 100 litros de gasolina en 24 horas, a menos que se hubieran mantenido en funcionamiento sin apagarse un segundo.

El cinismo de esos mandos llegó al grado de reportar de una patrulla determinada a las 10 de la mañana y otro tanque lleno de la misma unidad a las 10:02 de la mañana del mismo día; un tanque lleno cada dos minutos, lo que indica que en vez de gasolina robaban el dinero en efectivo, en contubernio con personal de la gasolinera proveedora.

Esa robadera de combustible evidencia, desde luego, a los mandos que se sirvieron con la cuchara grande a costa de la FGE. Pero más que nada, demuestra cómo si la cabeza no pone el ejemplo de control, honradez y eficiencia, menos lo harán los subordinados.

La Auditoría Superior ya hizo su parte en la revisión y denuncia de los casos, pero no puede quedar en eso ni en el simple anecdotario de la corrupción corralista.

Por admin01

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