Cd. Juarez, Chih.- Las preocupaciones de votantes por el costo de alimentos y servicios de salud junto con un efectivo mensaje antimigrante llevó a la reelección de un líder autoritario que ha prometido deportar a millones de inmigrantes con redadas estilo militar, reducir los impuestos a los más ricos, reducir el tamaño y funciones del gobierno federal, emplear el Departamento de Justicia para perseguir a sus opositores y hasta usar la fuerza militar contra el “enemigo interno” que identifica como “izquierdistas radicales”.
Donald Trump fue explícito en ofrecer todas estas propuestas, y 71 millones de personas votaron para que lo hiciera. Demócratas asombrados y millones de sus simpatizantes -la candidata demócrata recibió más de 66 millones de votos- se quedaron casi sin palabras al tratar de entender y explicar cómo un ex presidente que intentó un golpe de Estado, fue convicto de delitos de fraude y de abuso sexual, quien está acusado con decenas de cargos criminales, que habla de manera racista y misógina, y que hasta advirtió que podría ser “un dictador por un día”, logró ganar la mayoría de los votos de este país.
Para las cúpulas políticas de este país de ambos partidos nacionales, esto es el surgimiento de un fascismo que amenaza al sistema democrático no sólo ahora, sino por los próximos años. Un amplio elenco de líderes republicanos tradicionales, desde el ex vicepresidente Dick Cheney, a su hija, la ex diputada Liz Cheney, al Terminator y ex gobernador Arnold Schwarzenegger, a cientos de ex altos funcionarios y oficiales militares, abiertamente habían alertado que Trump representaba una amenaza fascista. Ellos, junto con toda la cúpula demócrata, también líderes de sectores sociales y organizaciones liberales y progresistas ya empezaron a enviar mensajes (y pedir donativos) para empezar organizando algo así como “la resistencia” contra el régimen-electo.
Pero con los resultados, ya no es fácil argumentar que esto es “anormal”. “Dejen de pretender que Trump no es quien somos”, escribió Carlos Lozada en el New York Times. Hay tantos intentos para tratar de negar la presencia de Trump en la política de la nación y en la imaginación cultural, de reinterpretarlo como aberrante y temporario. “Normalizar” a Trump fue una ofensa al buen gusto, a las normas del experimento americano…. Ahora ya podemos deshacernos de tales ilusiones, Trump es muy parte de quienes somos. Casi 63 millones de estadunidenses votaron por en 2016, 74 millones lo hicieron en 2020 y 71 millones en 2024