Cd. Juarez, Chih.- Chihuahua registró 455 ejecuciones en el primer trimestre de este año, un 13 por ciento más que las 402 reportadas en el estado vecino a pesar que Culiacan vive la Guerra de los Chapos y los Mayos, pero en Chihuahua los delincuentes se han salido de control y a la fecha no existe poder humano que logre frenar la Ola de Violencia que se vive a lo largo y ancho del Estado de Chihuahua.
Los datos recién actualizados del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) muestran que la entidad de origen del Cártel de Sinaloa o Cártel del Pacífico tuvo un incremento del 224 por ciento en la cantidad de víctimas de homicidio doloso, mientras que en Chihuahua la incidencia cayó un 7.7 por ciento.
Pese al alza de tres dígitos en la entidad disputada entre varias facciones de la organización criminal de los ahora presos Joaquín El Chapo Guzmán e Ismael Mayo Zambada, Sinaloa no ha alcanzado los registros en las cifras absolutas de víctimas que mantiene Chihuahua, por encima de los 150 casos al mes, en promedio, Sinaloa, durante el primer trimestre del año 2022, fueron víctimas de homicidio doloso 110 personas, mientras que en Chihuahua registraron 411 y en todo el país alcanzaron 7 mil 328.
El año 2023 trajo alzas generalizadas en todo el país, hasta alcanzar 7 mil 488 víctimas de ejecuciones; en Chihuahua fueron 560 y en Sinaloa la cifra subió a 136 casos, las más altas en ese período en el caso chihuahuense y también del país, pero no en el estado vecino del Pacífico.
Para el año pasado, en el primer trimestre, la cifra de víctimas en Sinaloa disminuyó a 124, mientras que en Chihuahua bajó a 493; en todo el país, el registro fue de 7 mil 160 homicidios dolosos, en su mayoría atribuidos a los grupos del crimen organizado.
Pero fue precisamente en 2024, el 25 de julio, cuando Ismael “El Mayo” Zambada, fundador del Cártel de Sinaloa, y Joaquín Guzmán López, hijo de “El Chapo”, fueron detenidos al aterrizar en El Paso, Texas, en una polémica operación de la administración de justicia de Estados Unidos, ambos personajes, ahora procesados por la justicia estadounidense, intensificó las tensiones entre las principales facciones del Cártel de Sinaloa: “Los Mayos”, grupo integrado por las células subordinadas a Zambada; y “Los Chapitos”, encabezado por Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar y Joaquín Guzmán López, quienes, a su vez, habían tomado el mando de gran parte de la organización criminal desde la detención y extradición de su padre, “El Chapo”.
Estos grupos internos, de acuerdo con reportes de medios de Sinaloa, ya estaban en pugna desde la captura de Guzmán Loera, pero las tensiones se mantenían bajo control debido a las negociaciones entre sus mandos, Zambada, reconocido como fundador por los hijos de “El Chapo”, y la cabeza de “Los Chapitos”.
Pero fue la caída de ambos líderes, en lo que fue posiblemente un secuestro, una intervención ilegal de Estados Unidos, una traición de “Los Chapitos” o una entrega voluntaria –lo que hasta la fecha se desconoce– lo que detonó una guerra entre bandos, recrudecida entre el último trimestre del año pasado y lo que va de 2025, las ejecuciones en Sinaloa crecieron un 224 por ciento en relación con el mismo período de 2024, para alcanzar los 402 casos, un promedio de 134 víctimas al mes, muy superior a los registros de todos los años previos.
En Chihuahua, en cambio, los homicidios dolosos del primer trimestre bajaron a 455, es decir, un decremento del 7.7 por ciento en relación a los casos registrados en el mismo período del año pasado.
No obstante la baja, la cifra sigue por encima del registro de Sinaloa, en parte porque también en esta entidad han resentido los efectos, especialmente en la capital y algunos puntos de la zona serrana, de la confrontación interna de la misma organización criminal.
A nivel nacional, el comportamiento de las ejecuciones también mostró una baja apenas por encima del cinco por ciento, al alcanzar 6 mil 799 víctimas, el menor registro de casos en el período.