Cd. Juarez, Chih.- El conflicto comercial entre México y China subió de tono este viernes 3 de octubre, luego de que el Ministerio de Comercio de China expresó su firme rechazo a las recientes investig En un comunicado oficial, Beijing advirtió que esta postura de México afecta los intereses legítimos de sus empresas exportadoras y anunció la apertura de una investigación propia sobre barreras al comercio e inversión impuestas por el gobierno mexicano, lo que marca una nueva fase de tensión en las relaciones bilaterales.Estas investigaciones fueron solicitadas por empresas mexicanas que acusan a los fabricantes chinos de competencia desleal mediante prácticas de dumping —vender productos por debajo de su costo real para ganar cuota de mercado.
Según datos del propio Ministerio chino, México ha abierto 11 investigaciones antidumping solo en 2025, casi el doble de las registradas durante todo 2024. Un incremento que China interpreta como un giro proteccionista preocupante. En respuesta, China exigió al gobierno de Claudia Sheinbaum que garantice el cumplimiento estricto de las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) durante los procesos, y que se respete el derecho de defensa de las empresas señaladas. “Nos oponemos firmemente a medidas proteccionistas que afecten a los intereses legítimos de nuestras compañías. Seguiremos de cerca estos procedimientos”.
Además, advirtió que tomará “todas las medidas necesarias” —incluidas acciones comerciales y restricciones a la inversión— para proteger los derechos e intereses de sus empresas. El contexto internacional añade tensión. La administración Sheinbaum ha dejado entrever en los últimos meses que evaluará el aumento de aranceles a países con los que México no tiene acuerdos comerciales, incluida China. Esta postura surge en medio de la escalada comercial impulsada por Estados Unidos, encabezada nuevamente por el presidente Donald Trump, quien reactivó medidas proteccionistas esta primavera.
Desde Beijing, expertos acusan una estrategia orquestada:
“Coaccionar a terceros países para que rompan las normas comerciales es una medida egoísta que perjudica a otros y debilita la cooperación económica global”, señalaron, en una clara alusión a presiones de Washington sobre México.
El dilema para México es complejo. Por un lado, hay presiones internas de sectores productivos que reclaman protección frente a la competencia china. Por otro, México se encuentra atrapado entre los intereses de sus dos mayores socios comerciales: Estados Unidos y China.
Mientras el gobierno mexicano insiste en que sus acciones se basan en mecanismos legales establecidos, el momento y el enfoque de estas investigaciones podrían leerse como parte de un reacomodo estratégico ante la nueva configuración geopolítica del comercio global.
China ha dejado claro que no permanecerá pasiva. Su investigación sobre barreras comerciales en México podría traducirse en medidas concretas que afecten exportaciones mexicanas o inversiones bilaterales.
El conflicto, aún en fase temprana, tiene el potencial de repercutir en cadenas de suministro, inversión extranjera y relaciones diplomáticas, en un contexto donde la política comercial se ha convertido en una herramienta de poder global.
Conclusión: México deberá hilar fino. Defender su industria sin vulnerar compromisos internacionales y, sobre todo, evitar que su política comercial se convierta en un campo de batalla entre potencias económicas.
