Cd. Juarez, Chih.- Un sicario vinculado al CJNG atacó al alcalde de Uruapan, que había detenido al líder del grupo en agosto. La desatención del tema de la seguridad de parte del Ejecutivo estatal, en manos de Alfredo Ramírez Bedolla, genera malestar en Palacio Nacional, La sombra del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) planea sobre el asesinato de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, en Michoacán, atacado a balazos este sábado en el municipio, en plena celebración por el Día de Muertos. El atentado, según fuentes al tanto de la investigación, había sido ordenado por el grupo, golpeado en agosto por el alcalde, cuando la policía local atrapó en un operativo a su líder, René Belmonte, alias Rino. Según una fuente cercana a Manzo que ha consultado EL PAÍS, conocedora además de la política regional, Rino era subordinado de los hermanos Álvarez Ayala, Ramón y Rafael, alias R-1 y R-2, parte de los escalafones más altos del CJNG, emparentados además con los gobiernos pasados del PRD en el Estado.
Otra fuente que ha consultado este diario, conocedora de la realidad política y de las violencias que vive Michoacán, confirma que el pistolero, un joven de entre 17 y 19 años, abatido justo después de disparar contra Manzo, estaba relacionado con el CJNG. El arma que usó, explica, había sido empleada en otros crímenes vinculados al grupo criminal. Esta fuente señala además que dentro del Gobierno federal, que dirige Claudia Sheinbaum, de Morena, existe cierto malestar con el gobernador de Michoacán, el también morenista Alfredo Ramírez Bedolla, por la situación que vive el Estado, atribuida, al menos en parte, a la desatención del mandatario a los conflictos que vive la entidad. La situación en Uruapan, uno de los municipios más importantes de Michoacán, que cuenta 350.000 habitantes y se erige en el núcleo de la industria de los cultivos de aguacate en la región, ha empeorado en los últimos meses. La fuente mencionada en el primer párrafo señala que El Rino era quien conducía el esquema de extorsión del CJNG en la zona, principalmente dirigida contra pequeños y medianos campesinos, incapaces de sufragar equipos de seguridad y protección, a diferencia de los grandes productores de la zona. “Todos los hechos violentos se desencadenaron tras la captura de este señor. Es un tipo con alto grado de peligrosidad”, explica.
El propio Manzo pidió apoyo a los Gobiernos federal y estatal tras la captura de este presunto criminal. De hecho, el mismo día de la captura, el 27 de agosto, publicó un vídeo en sus cuentas de redes sociales, en el que pedía a los vecinos que se quedaran en casa, porque, según dijo, pistoleros del grupo se preparaban para entrar al municipio. En las semanas siguientes, la violencia aumentó en Uruapan, con ataques incluso contra policías locales. Tras el asesinato de un agente el 14 de agosto, Manzo se reunió con autoridades estatales, para buscar ayuda contra la delincuencia.
La segunda fuente consultada afirma que el Gobierno federal ha hecho su parte con el enorme despliegue de agentes de distintas fuerzas de seguridad en Michoacán, uno de los Estados más apoyados en la materia. Sin embargo, el gobernador “está distraído”, indica. Si bien las cifras de homicidios se han mantenido en una tendencia a la baja en Michoacán, como lo demuestran los datos de la propia Secretaría de Seguridad federal, el Ejecutivo de Sheinbaum observa un estancamiento. A diferencia de otros mandatarios que han asumido la atención de la seguridad como prioridad, presentándose de manera personal a las sesiones del Gabinete en las que se atiende diariamente ese tema, a Ramírez Bedolla “le falta compromiso”, resume, y agrega que el mandatario ha estado ocupado en atender asuntos de su vida personal y viajando, más que en el resolver el problema de la violencia.
El botón de muestra es la manera como el sicario vulneró el cordón de seguridad que rodeaba a Manzo. Si bien su custodia estaba conformada por un mayor número de guardias nacionales que de policías locales, la coordinación de dicho grupo correspondía a la autoridad estatal. “La ayuda federal es el segundo círculo; el hilo conductor siempre debe ser el gobernador”, puntualiza la fuente. Otro factor que contribuyó al asesinato, explica, es el perfil de los funcionarios elegidos por el gobernador para hacerse cargo de la seguridad estatal. Desde que tomó posesión del Ejecutivo local, en octubre de 2021, en las carteras de Gobierno, Seguridad y la Fiscalía ha habido muchos cambios en cortos periodos de tiempo.
El pistolero, por su parte, se arrojó a una misión en la que, de antemano, las posibilidades de salir ileso eran inexistentes. “Era una situación en la que, o te detienen, o te matan, no hay de otra, y lo sabes”, señala esta misma fuente. Pese a la corta edad del sicario, no se asume que fuese inexperto, pues penetrar la guardia de Manzo en un evento tan concurrido requirió un trabajo de seguimiento cuidadoso y un cálculo puntual para atacar.
